Hay quien mide el tiempo en años,
en días y en horas;
yo lo mido en palabras y silencios,
en miradas y en ausencias
Palabras fugaces,
que explotan a su paso
como un fuego de artificio y
desatan pasiones;
palabras lentas,
que se clavan en el alma
y poco a poco,
hurgan en la herida
con método,
sin prisa.
Silencios hirientes,
esperas eternas;
y esos otros silencios,
henchidos de palabras
que susurran al oído
lo que las palabras no expresan
Miradas esquivas, efímeras;
miradas cómplices, íntimas,
capaces de detener el tiempo;
miradas de deseo,
que consumen el momento
Tiempo de ausencias,
tiempo de dolor
Tiempo de recuerdos,
quizás fabricados
pero eternos
Hay quien mide el tiempo en años,
yo lo mido con tu voz,
con tu mirada,
con tu presencia
El tiempo ya no existe
más allá de tu existencia
Hay quien mide el tiempo años,
yo ya no quiero medirlo así
lunes, febrero 11, 2008
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