Los lemures viven en la isla de Madagascar, que cuenta con más prosimios que ninguna otra región. La cara del lemúr de cola anillada se parece a la de un gato y su cuerpo es blanco y gris. Su rasgo más llamativo es su cola peluda y siempre erguida, con anillos grises y negros. Este primate es peculiar porque se lo ve activo en el día y se alimenta en el suelo. Come hojas y frutos, además de savia azucarada, que obtiene mordiendo las cortezas de los árboles. Es una especie social, que vive en grupos de hasta 20 individuos. Llegan a medir hasta 1 m de largo, incluida la cola.
En la tradición romana clásica, los lemures (o larvae) eran espíritus de los muertos que penaban y que se dedicaban a hacer maldades, constituyendo una versión maligna de los lares o genios benéficos del hogar. De hecho, se celebraba la fiesta de los lemures (nuestros muertos) o Lemuralia en mayo. Cada padre de familia celebraba en su casa llenándose la boca de alubias blancas que escupía a su alrededor al grito de: "Con estas alubias, yo me redimo y redimo a los míos. Idos, almas de nuestros antepasados!".
Así mismo, los lemures son los hipotéticos habitantes de Lemuria, un continente perdido en el océano Índico del que Madagascar y la India habrían formado parte. Esta teoría del continente perdido, propuesta por el geólogo Philip Sclater en el siglo XIX, adquirió ribetes fantásticos a través de las fábulas propagadas por una tal Madame Blavatsky que en 1880 aseguraba estar en posesión o en conocimiento de un antiguo libro (anterior a los atlantes) en el que se hablaba de la raza de los lemures como habitantes primigenios de la tierra. A lo largo de los años, estas fantasias dieron pie a todo tipo de especulaciones en los círculos ocultistas entre las que se llegaba a hablar de una raza subterránea de hombres, de una especie de hombres reptil y otras fábulas por el estilo.
Parcialmente extraído de Wikipedia
Enlace video:
ARKIVE
Foto: Pavel Hosek- Lemuria Project
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