

Francisco Largo Caballero. Dirigente del ala revolucionaria del PSOE. Es designado presidente del gobierno de la República y ministro de la guerra el 4 septiembre de 1936. Partidario de una alianza amplia con comunistas y anarquistas es una de las figuras clave del primer periodo de la guerra. En 1937 cesa como consecuencia de los derroteros de la guerra, de los "hechos de mayo" de Barcelona y de la creciente presión del partido comunista. Exiliado en Francia tras la guerra, es detenido por los alemanes y recluído en el campo de Sachsenhausen-Oranienburg de donde no será liberado hasta el final de la Segunda Guerra Mundial por el Ejército Rojo. Falleció en 1946 en París.



José Miaja Menant. General al mando de la 1ª Brigada de Infanteria con sede en Madrid. El 18 de julio se decide a permanecer leal al gobierno y es nombrado ministro de la guerra por el gobierno de Martínez Barrio. A finales de julio es nombrado jefe de operaciones del Ejército Sur pero no actúa decididamente y no puede impedir el avance de las tropas del ejército sublevado. Posteriormente es nombrado presidente de la Junta de Defensa de Madrid y logra detener el ataque sobre la capital. En años posteriores estará la mando de las ofensivas de Guadalajara y Brunete. A finales de la guerra se alinea con el coronel Casado y depone a Negrín. Al finalizar la guerra se exilia primero a Argelia, después a Francia y finalmente a México donde morirá en 1958.

Vicente Rojo Lluch. Comandante del Ejército en julio de 1936. Se mantiene fiel a la República el 18 de julio. Ascendido a teniente coronel participa en la defensa de Madrid a finales de año de cuyo plan estratégico es el responsable.Ascendido a coronel es nombrado en 1937 Jefe del Estado Mayor Central de las Fuerzas Armadas y jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra. Es ascendido a general en 1937 y fue uno de los responsables de la ofensiva del Ebro. Tras la derrota se exilia a Francia y posteriormente a la Argentina. Regresa a España en 1957 y se le juzga por un delito de rebelión militar, curiosamente a causa de haber permanecido fiel a la República. Es condenado y posteriormente indultado pero obligado a cumplir un régimen de casi reclusión domiciliaria. Muere en Madrid en 1966. Probablemente fue el militar más brillante de la guerra.

Antonio Escobar Huertas, coronel de la Guardia Civil, conservador y católico practicante. Haciendo honor a su juramento de defender la República puso a disposición del gobierno legítimo a las tropas del cuerpo presentes en Barcelona el 19 de julio de 1936. Su decisión ayudó significativamente a sofocar el levantamiento. Ascendido a general del Ejército Popular, se rinde a las tropas de Yagüe en Ciudad Real el 26 de marzo de 1939. Se le ofrece un avión para escapar a Portugal pero decide quedarse con sus tropas. Fue condenado a muerte y fusilado (8 de febrero de 1940) por el delito de rebelión militar. El general Franco desoyó las peticiones de clemencia de la Iglesia Católica
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