Veo pasar a la gente, paso rápido, mirada esquiva; cada uno encerrado en sus pensamientos. Una pareja pasea cogida de la mano; no existe el mundo más allá de sus besos. Una vieja avanza despacito llevando a cuestas sus recuerdos. Los conductores encerrados en su templo mecánico rezan la letanía de la prisa. Oigo mil fragmentos de conversaciones, mil retazos fugaces de mil vidas importantes. Y yo, inmóvil, observo la película, y soy espectador y parte de ella. Y por un instante todo se detiene, carece de sentido. Mi pensamiento vuela lejos sabiendo que estás allá. Y luego, todo vuelve a su ciclo eterno, siempre igual, siempre distinto. Y me confundo con la gente; me diluyo hasta hacerme invisible. Cae la noche, quizá mañana sea distinto.
Bob Dylan - Tambourine Man
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