Un tipo se compra una cámara de fotografía. Lee las instrucciones (o no) y se echa a la calle a hacer fotos. Las primeras que hace son pésimas. Las siguientes ya sólo son malas y, poco a poco, va mejorando su técnica. A medida que va obteniendo mejores fotografías, se compra cámaras más sofisticadas y con mejores prestaciones. Ajusta encuadres, mide la luz, busca la mejor exposición y cree que se ha convertido en fotógrafo. Busca la fotografía perfecta y ninguna le parece bastante buena. Un día, se da cuenta que la fotografía perfecta no depende ni del encuadre, ni de las luces ni de las sombras sino de los ojos que miran a través del objetivo. Tira todas sus cámaras, se compra un modelo simple y decide ver. A partir de entonces tampoco hace fotos perfectas pero las que hace le resultan necesarias.
miércoles, octubre 24, 2007
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