lunes, noviembre 26, 2007

Carta fúnebre de un patricio romano

En unas excavaciones arqueológicas cerca de Ostia (Italia), se ha encontrado una construcción funeraria del siglo II. La tumba, probablemente de un patricio romano por la calidad de la construcción, contenía un pergamino con la que se supone que era la alocución escrita por el finado con el objeto que fuese leída el día de su funeral. El texto del pergamino reza así:

A mis seres queridos, familiares y otras personas que me pudieran oír:

En primer lugar quiero que me disculpéis si no os saludo personalmente a todos y cada uno de vosotros, pero convendréis conmigo que si así lo hiciera, probablemente huirías despavoridos y no podrías escuchar lo que os quiero decir. Así pues, espero que comprendáis que, en esta situación, mi actitud se ciña a la costumbre y sea un poco fría.

Me dirijo a vosotros para hablaros por última vez y expresaros la gratitud que siento en estos momentos en los que os abandono. No temáis, seré breve. Mi amada esposa, hoy ya viuda a mi pesar, podrá dar fe de que siempre lo he sido. Sabéis que mi vida ha estado llena de dicha y felicidad y en este momento en el que, sin duda alguna, os embarga la emoción, no quiero mencionar ninguno de los reveses que fruto del destino, alguna vez se han abatido sobre mí. Todos, de una manera u otra, habéis participado de ellos y conocéis, tal vez mejor que yo, los detalles de tales infortunios. Sólo quiero pediros disculpas si en alguno de estos lances aciagos mi comportamiento no fue el que esperabais de mí y habéis tenido que esperar hasta hoy para escuchar estas palabras.

No es este el momento de estar triste, yo no lo estoy. No nos veremos más. Sin embargo, no sea este obstáculo para que yo no guarde recuerdo vuestro allá dónde sea que mi alma vaya ahora. Que no sea esta una despedida, sino sólo un “hasta pronto”.

Vuestro

Marco Valerio Varro

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