jueves, junio 19, 2008

Silencios y palabras

Su reencuentro fue tímido y conmovido. Los ojos de ella relucían de felicidad, pero de inmediato bajaba pudorosamente la mirada. Se sentaron entre las hierbas. Acacio pastaba tranquilo a poca distancia. A su alrededor las flores perfumaban más de lo normal, y Baudolino se sentía como si acabara de tocar el burq con los labios. No osaba hablar, pero se resolvió a hacerlo, porque la intensidad de aquel silencio lo habría arrastrado a algún gesto poco conveniente.

Umberto Ecco - Baudolino (fragmento)

No hay comentarios: