lunes, marzo 09, 2009

Breve historia del señor J.

El señor J. es un tipo de aspecto neutral: ni alto ni bajo, ni flaco ni gordo, ni feo ni guapo, ni listo ni tonto. Siempre viste de traje color gris marengo. En las reuniones sociales el señor J. suele pasar desapercibido y si preguntaras a alguien por él, a buen seguro, que nadie sabría decirte si lo había visto.

El señor J. es un tipo excepcional que convierte los deseos en realidad (aunque no admite deseos materiales). Cuando alguien desea algo de verdad –y la intensidad del deseo es un requisito importante- puede dirigirse al señor J. y exponerle la situación. En esos casos, el señor J. carraspea un poco y con cara de duda suele preguntar: ¿de verdad deseas eso? Todos contestan que sí. Entonces, el señor J. cierra sus ojos por un instante y dice: deseo cumplido. El señor J. no falla nunca.

El señor J. no acepta reclamaciones. Cuando alguien se dirige a él para quejarse por las consecuencias del deseo cumplido, el señor J., con voz apesadumbrada, siempre contesta: deseo cumplido, no hay reclamación.

El señor J. tiene un deseo que no ha contado nunca a nadie. El señor J. quisiera ser alto o bajo, flaco o gordo, feo o guapo, listo o tonto. El señor J. quisiera no ser tan vulgar.


No hay comentarios: