Como todos los días, se levantó, fue al baño, se duchó, se afeitó y se vistió. Listo para salir a la calle. En ese instante se sentía un nuevo Prometeo al que cada día el mundo roía su hígado en una tortura interminable pero, también como cada día, al final su voluntad se imponía y cruzaba la puerta que le llevaba a su Cáucaso particular. Se dirigía hacia el metro y dejándose llevar por sus pies iba a trabajar. Cuando entraba en el vagón del tren no podía evitar fijarse en la gente que, como él, arrastraban sus cuerpos hasta el trabajo. Muchas veces pensaba en las pequeñas y grandes historias personales que debían esconderse detrás de cada uno y fantaseaba imaginándolas. A él, su trabajo le gustaba, o, quizás, sería más propio decir que le había gustado. Hacía tiempo que se había convertido ya en una rutina en la que poco quedaba de lo que una vez le había atraído….
Circle Jerks - I wanna destroy you (Soft Boys cover)
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