Esta oscuridad llegada del oeste cubrió la enorme ciudad. Desaparecieron los puentes, los palacios. Desapareció todo, como si nunca hubiese existido. Un hilo de fuego atravesó el cielo. Luego, un golpe sacudió la ciudad. Se repitió y empezó la tormenta. En las tinieblas ya no se veía a Voland.
Mijaíl Bulgákov – El maestro y Margarita (extracto)
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