En la penumbra se desliza el gato.
Crece la sombra de fantasma solo.
Corre detrás de un ilusorio bolo,
se amodorra en la cueva del zapato.
Brilla el ojo pirata en el retrato
con el delirio de inocente dolo.
Lo cautiva la pausa del gladiolo
en el jarrón. (La luna, sin boato,
circula en el tejado; es una tea
de cal y miel mojando la azotea).
Ronronea su vida libre y fatua:
ya se diluye en patio de azulejos,
ya ñoño se refleja en sus reflejos
o tirita su miedo ante una estatua.
Luis Ricardo Furlán - En la penumbra se desliza el gato
miércoles, septiembre 24, 2008
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