En las montañas de Valkeri
entre los pavos reales que se pavonean
encontré una flor
tan grande como mi cabeza
y cuando me estiré
para olerla
perdí el lóbulo de la oreja
parte de la nariz
un ojo
y la mitad de la cajetilla
de cigarrillos
regresé
al siguiente día
con la intención de cortar
aquella maldita cosa
pero la encontré
tan hermosa
que en cambio
maté un
pavo real.
Charles Bukowski - El Amante de las Flores
sábado, septiembre 02, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario