En un principio no había nada, y entonces el Dios Eterno Ometecuhtli, creó a Tonacatecuhtli (señor de nuestra carne) y a Tonacacihuatl(señora de nuestra carne) para que poblaran el universo. Estos dos dioses tuvieron cuatro hijos:
El primero nació rojo, y sin piel que cubriera su cuerpo y lo llamaron Xipe Totec (nuestro señor el desollado).
El segundo nació negro, con garras y colmillos de jaguar, y lo llamaron Tezcatlipoca (espejo negro que humea).
El tercero nació blanco, con cabello rubio y ojos azules, y lo llamaron Quetzalcoatl (serpiente emplumada).
Y el cuarto nació azul, con la mitad de su cuerpo descarnada, y lo llamaron Huitzilopochtli (colibri zurdo).
La leyenda de Quetzalcóatl es uno de los mitos fundamentales del imaginario azteca y jugó un papel importante en la conquista de México (aunque no tan importante como se ha pretendido históricamente).
El nombre Quetzalcóatl proviene de la conjunción de dos palabras nahuatl: quetzal, el ave de plumaje exuberante, y cóatl, la serpiente. Se representaba de formas diversas y una de ellas era como un dios blanco y con barba, algo excepcional ya que los mexicas, al igual que otros pueblos indígenas de América eran barbilampiños o tenían muy poco vello facial. Generalmente su representación era en forma humana con un gorro cónico, recubierto de piel de jaguar;con una máscara bucal semejante a un pico de pato; una rodela en el brazo y trae el joyel del viento.
De todos modos, la figura de Quetzalcóatl es muy compleja y probablemente agrupa a tres figuras distintas: un dios creador, un dios benéfico y portador de cultura y progreso que vino desde Occidente y un rey tolteca. Esta mezcla confundió a los españoles, y probablemente se confundía en el imaginario azteca, de tal forma que las tres figuras coexistían. Relata Fray Bernardino de Sahagún:
Este Quetzalcóatl, aunque fue hombre, teníanle por dios y decían que barría el camino a los dioses del agua y esto adivinaban porque antes que comienzan las aguas hay grandes vientos y polvos,y por esto decían que Quetzalcóatl, dios de los vientos, barría los caminos a los dioses de las lluvias para que viniesen a llover.
La leyenda del dios portador del progreso termina con la desaparición del dios:
y así, llegando a la ribera de la mar, mandó hacer una balsa hecha de culebras que se llama coatlapechtli, y en ella entró y asentóse como en una canoa, y así se fue por la mar navegando, y no se sabe cómo y de qué manera llegó al dicho Tlapallan.
Con el paso del tiempo, se asumió que como el dios se marchó sobre el mar hacia Oriente, de Oriente y por el mar había de retornar. Esta fue la base, en parte, de las dudas y el temor de Moctezuma II ante la llegada de los españoles en 1519.
No hay comentarios:
Publicar un comentario