miércoles, septiembre 06, 2006

Trabalenguas, textos, tiempo

Como les encantaba jugar con la palabras, inventaron en esos días los juegos en el cementerio, abriendo por ejemplo el de Julio Casares en la página 558 y jugando con la hallulla, el hámago, el halieto, el haloque, el hamez, el harambel, el harbullista, el harca y la harija. En el fondo se quedaban un poco tristes pensando en las posibilidades malogradas del carácter argentino y el paso-implacable-del-tiempo. A propósito de farmacéutica Traveler insistía en que se trataba del gentilicio de una nación sumamente merovingia, y entre él y Oliveira le dedicaron a Talita un poema épico en el que las hordas de farmacéuticas invadían Cataluña sembrando el terror, la piperina y el eléboro. La nación farmacéutica de ingentes caballos. Meditación en la estepa farmacéutica. Oh emperatriz de los farmacéuticos, ten piedad de los afofados, los afrontilados, los aglabanados y los aforados que se afufan.

Julio Cortázar - Rayuela (fragmento del capítulo 40)

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