La leyenda de la papisa Juana forma parte del imaginario popular medieval de Europa. Según la forma más difundida de esta leyenda, una mujer de extraordinario talento y de nombre Juana, disfrazada de hombre consiguió ocupar diversos puestos en la Curia Romana hasta ser nombrada cardenal. En una fecha imprecisa entre 855 y 872 habría sido elegida Papa; o por mejor decirlo, Papisa. Según la leyenda, durante su reinado, Juana habría quedado embarazada (existen diferentes versiones sobre el padre aunque la más común habla de un oficial romano) y habría muerto, o bien como consecuencia del parto o bien como resultado del linchamiento de las turbas tras enterarse de que el Papa era una mujer.
El origen de esta leyenda es, cuando menos, confuso y como hipótesis más verosímil se suele citar a Marozia, amante del Papa Sergio III (904-911) y madre de Juan XI (931-935) durante cuyo reinado actuó de facto como si fuera una papisa, Por otra parte, también existe constancia de que Juan VIII era llamado Juana por sus detractores en tanto en Roma como en Bizancio. En cualquier caso, el relato que dio carta de veracidad a la historia de la Papisa Juana fue la Chronica universalis metensis de Jean de Mailly (1254) en la que se atestigua la historia como verídica y se explica como la Papisa sufre los dolores del parto durante un paseo a caballo. Tras dar a luz es arrastrada por las calles y apedreada. Según esta misma descripción, en el lugar de su muerte se colocó la inscripción Petre pater patrum papissae prodito partum. La segunda versión, corresponde a Martin de Troppau o Martin Polonus. Según éste, tras el fallecimiento del Papa León IV (847-855), la silla pontificia habría sido ocupada por el inglés John de Mainz quien, en realidad, sería una mujer que habría llegado años atrás a Roma procedente de Atenas. En este caso, Juana habría parido cerca de San Juan de Letrán durante una procesión
A pesar de no existir ninguna evidencia objetiva que diese certeza a la leyenda de la Papisa Juana, esta historia fue creencia arraigada durante toda la Edad Media y hasta bien entrado el siglo XVII aunque desde 1500 ya se levantaron voces críticas contra esta creencia. Así por ejemplo en 1600 se colocó en la Catedral de Siena un busto con la inscripción Johannes VIII, femina et anglia. Esta leyenda a dado lugar a otras tales como que la silla gestatoria (silla ceremonial pontificia) era un elemento destinado a comprobar la masculinidad del Papa. Sea como fuere este personaje ya forma parte del imaginario medieval.
No hay comentarios:
Publicar un comentario