Richard Sorge es uno de los nombres emblemáticos del espionaje internacional. Hijo de un ingeniero alemán y de madre rusa, Sorge nació en Bakú (Azerbayán) en 1895. A los nueve años, su familia se traslada a vivir en las afueras de Berlín donde Richard es criado como un niño alemán más. Sin embargo, su madre mantiene vivo en él el espíritu ruso lo que tendrá una influencia decisiva en sus actos durante el periodo nazi.
En 1914, con el estallido de la Primera Guerra Mundial, Richard es reclutado y en 1915 es enviado al frente oriental en dónde se hace merecedor de la Cruz de Hierro. En 1916 resulta herido por metralla y después de una larga convalecencia es licenciado del ejército. Richard vuelve a la Universidad de Hamburgo donde se licenciará en Ciencias Políticas en 1919. Durante este periodo entrará en contacto con diversos grupos de ideología marxista y en 1925 ingresará en el entonces poderoso Partido Comunista Alemán (KPD). En 1926, viaja a la Unión Soviética en donde conoce a Ekaterina, la que será su mujer. Tras este viaje, Richard se integra en las actividades del KOMINTERN (la Internacional Comunista) y viaja a Inglaterra para informarse sobre el movimiento obrero en el Reino unido. Vuelve a Alemania en 1929 y empieza a trabajar como periodista del Getreide Zeitung e informador para la Unión Soviética.
En 1930, Sorge viaja a China como corresponsal del Frankfurter Zeitung. Allí entra en contacto con Max Clausen (otro espía soviético) y, sobre todo, entabla amistad con Ozaki Hotsumi, enviado del Asahi Shimbun, uno de los principales periódicos japoneses, que acabará convirtiéndose en colaborador de Sorge. Tras tres años de estancia en China, Moscú le ordena establecer una red de espías en Japón pero antes, Richard vuelve a Alemania e ingresa en el partido nazi, lo qu ele servirá de cobertura para sus actividades. Logra trabajo como corresponsal de distintas publicaciones alemanas (Borsen Zeitung, Tagliche Rundschau y Geopolitik). En esta etapa conoce al teniente coronel Eugene Ott, agregado militar en Tokio y que posteriormente será nombrado embajador en Japón.
En Japón, Sorge establece una red de espionaje compuesta por cuatro personas: Miyai Yotoku (un pintor), Branco Vukelic (periodista francés de origen croata), Max Clausen y Ozaki Hotsumi (foto). La habilidad de los miembros de la red unida a la capacidad de Sorge para hacer amigos y confidentes en todas partes, convierten a esta red en una de las más eficientes en la historia del espionaje internacional. Tal fue su capacidad de pasar desapercibidos que la dirección del NSDAP le pidió a Sorge que dirigiera las actividades del partido en Japón (ofrecimiento que Sorge declinó) y Ozaki Hotsumi formó parte del gabinete del primer ministro de Japón Fumimaro Konoye. De hecho, Sorge convenció a la embajada alemana para que le dejasen actuar de espía para el gobierno alemán. Gracias a la confianza del embajador (a la sazón Eugene Ott), Sorge descifra las claves de la marina de guerra alemana.
Una vez iniciada la Segunda Guerra Mundial, el papel de Sorge adquiere cada vez mayor relevancia, en particular tras la firma del Pacto Anti-Komitern y del pacto germano-soviético de 1939. Durante la primavera de 1940, varios de los mensajes de Sorge son interceptados por el contraespionaje japonés que, sin embargo, no llegan a relacionar los mensajes con su autor. Durante el inicio de 1941, Sorge informa repetidamente a Moscú que Alemania atacará a la Unión Soviética próximamente. Así, tras la caída de Yugoslavia (mayo de 1941) Sorge informa de una fecha cercana al 20 de junio de 1941 par ala invasión alemana. Finalmente, el 15 de junio de 1941 Sorge informa a Moscú que la invasión se iniciará en la madrugada del 22 de junio según ha podido saber en la embajada alemana en Tokio. Stalin considera la información como una intoxicación alemana y desprecia la información. A las 3h 15 min del 22 de junio de 1941, tres millones y medio de soldados del ejército alemán invaden la Unión Soviética en un frente de más de 1.500 Km de longitud. En poco menos de dos meses, la Wehrmacht ocupa los países bálticos, Ucrania y está a las puertas de Leningrado. La situación para la Unión Soviética es crítica y puede serlo más si Japón invade el país por Manchuria. A finales de septiembre Sorge informa a Moscú que Japón no tienen intención de abrir un frente con la URSS.
El 15 octubre de 1941 confirma esta información y añade que Japón ha decidido atacar por sorpresa alos Estados Unidos. Esta información le permite a Stalin movilizar hacia el oeste a la mayoría de divisiones estacionadas en la frontera China y con ello para la ofensiva alemana ya en las puertas de Moscú. El 18 de octubre de 1941, Sorge es detenido tras haberle sido tendida una trampa. Agentes japoneses le presentan a una mujer, hija de un inglés y una japonesa, a la que Richard invita a pasar la noche con él. En el trayecto a su casa, Sorge se deshace de una nota arrojándola por la ventanilla. Este detalle no pasa desapercibido a su acompañante que le dice que sólo se quedará con él esa noche si puede telefonear a su familia. Caballerosamente, Sorge busca una cabina de teléfono y se aparta para no escuchar la conversación. En realidad, la mujer está llamando a los agentes del contraespionaje japonés que recuperan la nota. Sorge es detenido la mañana siguiente. El resto de colaboradores caerá inmediatamente.
Tras su detención, las autoridades japonesas dudan sobre qué hacer con él. Por una parte quieren obtener el máximo de información de él; por otra están presionadas por los alemanes que les piden su entrega y, finalmente, desean dar ejemplo a los posibles espías. Descartada la entrega a los alemanes (Sorge conocía demasiados secretos japoneses), las autoridades se decantan por extraerle toda la información posible. La detención, el interrogatorio y el juicio de Sorge se prolongarán hasta el otoño de 1944 y, finalmente, será ahorcado el 7 de noviembre de ese año. De sus colaboradores sólo Clausen sobrevive a la guerra, Yotoku y Vukelic mueren en la cárcel (probablemente torturados) y Hozumi también es ahorcado.
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