Ecos de sociedad

La sociedad en la que vivimos (y por tanto, no es más que un reflejo de nosotros mismos) está inmersa en un delirio compuesto por partes más o menos iguales de desorientación, paranoia y estupidez. Un ejemplo son los programas de cotilleos que abundan en televisión y en los que se establece una retroalimentación positiva entre la carroña que demandamos y la que nos ofrecen; mientras más carroña tragamos, más queremos. Ahora se aproxima el mundial de fútbol y podemos ver otro ejemplo similar, lo que haga la selección va a ser lo más importante en los próximos 30 días.

Resulta difícil de comprender el desequilibrio en el que vivimos. Nos movemos entre la absoluta vacuidad de muchos programas de televisión y la sesuda pretenciosidad de algunos que desearían una sociedad ascética y puritana (y éstos se encuentran tanto en la derecha como en la izquierda) en la que sólo se pudiesen ver programas insoportablemente aburridos. Necesitamos diversión y entretenimiento, pero la diversión y entretenimiento no puede ser el fin, sino el medio. Creo que sería bueno que pudiésemos entre todos encontrar un equilibrio y que no confundiésemos los medios con los fines. A menudo parece que la cultura sea enemiga del entretenimiento y que el entretenimiento sea lo contrario de la inteligencia (y no es así).

Garbage - I'm only Happy when it Rains