sábado, agosto 12, 2006

Trabajos manuales

No conforme con haber descubierto el fuego, el hombre insistió hasta descubrir que el fuego era especialmente útil cuando se trataba de quemar libros, porque ­después de todo­ Dios había dejado de hablarle al hombre una vez que éste cometió la osadía de ponerlo todo por escrito, en las páginas de la Biblia.

El torrencial dominico Girolamo Savonarola ­recuerda Forma­ ordenó a miles de niños florentinos que secuestraran volúmenes teóricamente impíos y que los apilaran para su purificación en la Piazza della Signoria. La pirámide de letras e historias pronto alcanzó los cincuenta metros de altura y ¿cómo olvidar a ese viento caliente que corrió por las calles de Florencia? ¿Cómo no llorar por tanta ciencia y tanta ficción consumiéndose en el oxígeno de esa noche maldita?
Las mujeres florentinas perseguían papeles en llamas que se colaban por sus ventanas amenazando el sedoso sueño de las cortinas; y así fue como una de esas chispas se demoró un año en alcanzar los hábitos del mismo Savonarola, que ardió como un libro ­por orden del papa Alejandro VI­ delante de todos aquellos que habían padecido su sonrisa satisfecha ante el fuego de las palabras.

Rodrigo Fresán - Trabajos Manuales


Elastica - Connection

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