La ofensiva rebelde inicial se había detenido en la Sierra de Guadarrama en agosto de 1936 gracias a la intervención de las milicias populares pero la falta de reacción y la poca organización de la República ha permitido a los sublevados ir ganando posiciones desde el Sur, ocupando Badajoz en agosto. Sin embargo, Franco decide no llevar a cabo una ofensiva inmediata sobre Madrid sino desviar parte del ejército para socorrer a los sublevados que están sitiados desde el 22 de julio en el Alcázar de Toledo. El 28 de septiembre, los sublevados liberan el Alcázar de Toledo consiguiendo un gran éxito propagandístico aunque de poco valor militar. Una vez resuelta la situación de Toledo, el Estado Mayor del ejército nacionalista remprende la ofensiva para tomar Madrid.
A partir de Octubre de 1936, la presión del ejército sublevado sobre Madrid se intensifica y se inicia un movimiento de pinza con el objeto de capturar la ciudad. Se producen diversas contraofensivas republicanas, lideradas principalmente por el 5º Regimiento, que fracasan y permiten a los sublevados tomar la mayoría de los pueblos aledaños a la capital. El 5 de noviembre de 1936, las tropas franquistas llegan a la Casa de Campo en pleno, en aquellos momentos en las afueras de Madrid.
El gobierno republicano se traslada a Valencia y Madrid queda en manos de la Junta de Defensa presidida por el general Miaja que se reúne por primera vez el 7 de noviembre. La defensa diseñada básicamente por Miaja y Rojo logra detener parcialmente la ofensiva. El 9 de noviembre llegan a Madrid los primeros voluntarios de las Brigadas Internacionales y las columnas anarquistas organizadas por Durruti. El ejército republicano y las milicias populares desencadenan una contraofensiva que fracasa y las tropas del ejército sublevado al mando del general Varela logran atravesar el río Manzanares y el día 15 se está luchando en la Ciudad Universitaria. La defensa republicana logra detener la ofensiva y el 23 de noviembre Franco decide detener el asalto directo a Madrid y adaptar una estrategia de pinza en la que se toman los principales nudos de comunicación cercanos a la capital. El 4 de enero de 1937 las tropas rebeldes toman Majadahonda y la carretera de la Coruña con lo que la comunicación con el norte que interrumpida.
En febrero de 1937 se reanuda el asalto a Madrid, esta vez por la zona del río Jarama, en la zona este, con la finalidad de ahogar la ciudad y cortar su comunicación con Valencia en donde estaba el gobierno republicano. La batalla del Jarama dura 19 días y gracias a la intervención de las milicias populares y de los brigadistas internacionales, la ofensiva se detiene el 23 de febrero.
El tercer intento de asalto a la capital se produce el 8 de marzo de 1937 en este caso a cargo del Corpo Truppe Volontarie (CTV) enviado por Mussolini en ayuda de Franco. Tras un pequeño avance italiano, las milicias republicanas infligen una derrota casi total a las tropas italianas lo que produce la renuncia de Franco a tomar Madrid inmediatamente y acabar la guerra y le decide a emprender una guerra de desgaste acompañada de la "depuración" (entiéndase como eliminación física) de todo posible oponente en las zonas ocupadas.En abril de 1937, se disuelve la Junta de Defensa de Madrid y retoma el poder el ayuntamiento.
El lema "No pasarán" fue acuñado por Dolores Ibarruri (La Pasionaria) y se convirtió en el símbolo de la Defensa de Madrid.
A partir de Octubre de 1936, la presión del ejército sublevado sobre Madrid se intensifica y se inicia un movimiento de pinza con el objeto de capturar la ciudad. Se producen diversas contraofensivas republicanas, lideradas principalmente por el 5º Regimiento, que fracasan y permiten a los sublevados tomar la mayoría de los pueblos aledaños a la capital. El 5 de noviembre de 1936, las tropas franquistas llegan a la Casa de Campo en pleno, en aquellos momentos en las afueras de Madrid.
El gobierno republicano se traslada a Valencia y Madrid queda en manos de la Junta de Defensa presidida por el general Miaja que se reúne por primera vez el 7 de noviembre. La defensa diseñada básicamente por Miaja y Rojo logra detener parcialmente la ofensiva. El 9 de noviembre llegan a Madrid los primeros voluntarios de las Brigadas Internacionales y las columnas anarquistas organizadas por Durruti. El ejército republicano y las milicias populares desencadenan una contraofensiva que fracasa y las tropas del ejército sublevado al mando del general Varela logran atravesar el río Manzanares y el día 15 se está luchando en la Ciudad Universitaria. La defensa republicana logra detener la ofensiva y el 23 de noviembre Franco decide detener el asalto directo a Madrid y adaptar una estrategia de pinza en la que se toman los principales nudos de comunicación cercanos a la capital. El 4 de enero de 1937 las tropas rebeldes toman Majadahonda y la carretera de la Coruña con lo que la comunicación con el norte que interrumpida.
En febrero de 1937 se reanuda el asalto a Madrid, esta vez por la zona del río Jarama, en la zona este, con la finalidad de ahogar la ciudad y cortar su comunicación con Valencia en donde estaba el gobierno republicano. La batalla del Jarama dura 19 días y gracias a la intervención de las milicias populares y de los brigadistas internacionales, la ofensiva se detiene el 23 de febrero.
El tercer intento de asalto a la capital se produce el 8 de marzo de 1937 en este caso a cargo del Corpo Truppe Volontarie (CTV) enviado por Mussolini en ayuda de Franco. Tras un pequeño avance italiano, las milicias republicanas infligen una derrota casi total a las tropas italianas lo que produce la renuncia de Franco a tomar Madrid inmediatamente y acabar la guerra y le decide a emprender una guerra de desgaste acompañada de la "depuración" (entiéndase como eliminación física) de todo posible oponente en las zonas ocupadas.En abril de 1937, se disuelve la Junta de Defensa de Madrid y retoma el poder el ayuntamiento.
El lema "No pasarán" fue acuñado por Dolores Ibarruri (La Pasionaria) y se convirtió en el símbolo de la Defensa de Madrid.
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